PAISES REPRODUCTORES DE DROGAS


Países reproductores de drogas 



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Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína del mundo al registrar aumentos históricos de las plantaciones de coca y de su capacidad para producir esa droga en 2017, según informó este miércoles la ONU.
Los cultivos de hoja de coca crecieron 17% hasta 171,000 hectáreas, mientras que el potencial de producción de cocaína subió 31% respecto de 2016 a 1,379 toneladas, un récord desde que comenzaron estas mediciones en 2001, dijo la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc).
"Quiero expresar mi profunda preocupación por la cantidad de dinero que mueven las drogas ilícitas", dijo el representante en Colombia de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc), Bo Mathiasen, en la presentación del informe anual.
En 2016 los sembradíos ilícitos de coca, cuya hoja es insumo básico para la cocaína, se situaban en 146,000 hectáreas y la capacidad de producción de la droga era de 1,053 toneladas métricas.
Mathiasen afirmó que actualmente no solo hay más plantaciones, sino que estas producen 33% más de hojas que en 2012 por la variedad de las plantas y su menor afectación de plagas.
"Una de las razones para el incremento es la percepción de menor riesgo frente a la actividad ilegal. Ante esta baja percepción en el riesgo, aumentó el área sembrada", afirmó.
La ONU estimó que la producción potencial de cocaína en Colombia tiene un precio en el mercado local de 2,700 millones de dólares, pese a que el kilo bajó 11% el año pasado, a 4.4 millones de pesos (unos 1,400 dólares).
"Si se contrasta este comportamiento con la oferta de cocaína, podría inferirse que los precios respondieron a un aumento en la disponibilidad", reza el documento.
Aunque la ONU resaltó el aumento en las incautaciones (435 toneladas, 20% más que en 2016) y que la erradicación forzosa casi se triplicó, llamó la atención porque "el ritmo es menor al incremento de la producción potencial".
Auge en fronteras
La ONU alertó que las fronteras con Venezuela y Ecuador son las más impactadas por los narcocultivos, actividad a la que están vinculados 119,500 hogares colombianos.
El departamento más afectado sigue siendo Nariño, limítrofe con Ecuador, que tiene un área sembrada mayor a la de Perú, segundo país con más cultivos ilícitos con 43,900 hectáreas.
Por ser un punto estratégico de salida de droga a Estados Unidos, esa zona es disputada por los rebeldes del ELN, narcotraficantes y disidencias de las FARC, la otrora guerrilla comunista que el año pasado se desarmó y transformó en partido.
El 64% de los aumentos de los sembradíos se presentó en los departamentos de Antioquia (noroeste), Cauca (oeste), Putumayo (sur) y Norte de Santander (noreste), en los límites con Venezuela.
Pero el 80% de las plantaciones sigue encontrándose en los mismos sitios que en la última década.
"La economía ilegal en estos municipios supera ampliamente la economía legal", afirmó Mathiasen.
En este sentido, la ONU declaró que tiene "una profunda preocupación por el capital derivado de la economía de las drogas", que afecta los esfuerzos para superar medio medio siglo de conflicto armado y la estabilidad del Estado.
Preocupación gubernamental
Colombia se mantuvo como el principal productor de cocaína y el país con más superficie de narcocultivos, por delante de Perú y Bolivia (24,500), según la ONU.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha criticado el aumento de los narcocultivos, que su gobierno sitúa en 209,000 hectáreas, aunque ha ratificado la ayuda que le otorga a Colombia hace décadas.
"Para nadie es una mentira que entre los años 2012 o 2013 y el año 2018 ha habido una tendencia de crecimiento exponencial", declaró el mandatario Iván Duque.
Duque aseguró que en las próximas semanas su gobierno, que asumió el 7 de agosto, presentará una "política integral" contra el narcotráfico. Las medidas incluyen desarticular redes de suministro, prevención de la drogadicción y erradicación forzosa.
La meta del gobierno es acabar con por lo menos 140,000 hectáreas en cuatro años. "La decisión aquí es frontal contra ese delito", aseveró Duque.
El mandatario ha cuestionado la estrategia antidrogas de su antecesor Juan Manuel Santos, que combinaba la eliminación de plantaciones con acuerdos de sustitución voluntaria con los campesinos cocaleros consagrados en el acuerdo de paz con las FARC.
En el pacto, apoyado por Estados Unidos, los excombatientes se comprometieron a ayudar a combatir el narcotráfico, cuyos recursos financiaron su levantamiento armado.
A raíz del repunte del cultivo y tráfico de drogas, Duque examina retomar las fumigaciones aéreas con el herbicida glifosato, suspendidas desde 2015 por potenciales afectaciones a la naturaleza y la vida humana.
Estados Unidos, principal consumidor de cocaína, apoya la medida.


Cada año mueren en el mundo 190.900 personas por consumo de estupefacientes,según las estimaciones más conservadoras presentadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), en su Informe Mundial sobre Drogas 2017. Probablemente la cifra sería aún mayor si todos los países tuvieran estadísticas confiables sobre este fenómeno que se agrava año a año. La gran mayoría de los decesos se produce por sobredosis, aunque también se contabilizan enfermedades, accidentes y suicidios que están directamente relacionados con excesos de consumo.
Si se miran los números por continente o región, el que tiene la mayor proporción de muertes es América del Norte, con 172,2 cada millón de habitantes. Luego aparecen Oceanía (102,3), África (61,9), Europa del Este (55,6), Europa Occidental y Central (26,4), Asia (22,5) y América Latina (14,9). El promedio mundial es 39,6.
Si los datos se desglosan por país, Estados Unidos es, con mucha ventaja, el que tiene el mayor número de fallecimientos por consumo de drogas en términos absolutos: 52.404 anuales para la UNODC. Pero es también el que lidera el ranking de mortalidad cada millón de habitantes, con 245,8. Considerando sólo a las naciones con estadísticas más o menos actualizadas —Islandia, Canadá y El Salvador están también entre los primeros, pero según datos de hace más de una década—, en segundo lugar está Suecia, con una tasa de 124,5. La lista de los primeros 15 se completa con Australia (116,2), Ucrania (104,9), Estonia (102,9), Rusia (81,1), Noruega (78,4), Finlandia (77,8), Dinamarca (72,3), Irlanda (70,8), Reino Unido (66,7), Lituania (60), Kenia (56,1), Venezuela (55,3) e Irán (53,2).
En la mayoría de los casos, las sustancias que más llevan a la muerte son los opiáceos, principalmente la heroína y el fentanilo. En Venezuela, en cambio, prevalecen la cocaína y sus derivados, que ocupan el segundo lugar en Estados Unidos. Las anfetaminas y los tranquilizantes aparecen segundos en Noruega y Finlandia. En Irlanda, Reino Unido, Suecia y Australia, ese lugar lo ocupan los tranquilizantes.
Analizando las características de los 15 primeros países se pueden identificar tres grupos. Por un lado aparecen naciones ricas de tradición liberal, con escasas regulaciones estatales sobre la economía y la sociedad, y con un problema de desigualdad creciente:Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y Australia. Un segundo grupo está compuesto por ex países comunistas, algunos de los cuales atraviesan desde hace décadas serios problemas económicos, de violencia y de inestabilidad política: Rusia, Ucrania, Lituania y Estonia.
El tercer segmento es el que más sorpresa podría generar a primera vista porque son, de acuerdo a todas las mediciones, los países que tienen los mayores estándares de bienestar social y calidad institucional en el planeta: Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, los nórdicos. Por último hay tres casos sin conexiones claras entre sí, aunque tienen en común notables déficits sociales y políticos: Kenia, Venezuela e Irán.
Lo desconcertante de este ranking es que los dos modelos de sociedad más exitosos para generar desarrollo, el liberal y el socialdemócrata, son también los más "eficaces" para producir personas que padecen un desapego a la vida tan grande como para morir producto del sobreconsumo de estupefacientes.
Un fenómeno sanitario, social y político
"Creo que la principal causa de las muertes relacionadas a las drogas, particularmente los decesos por sobredosis, es la difusión de los opiáceos en combinación con otras sustancias, como las benzodiazepinas. Este es un factor común a Europa y a Estados Unidos. Sin embargo, el origen de esta epidemia es diferente. En Estados Unidos se llegó a esta situación por un sistema muy liberal de entrega de prescripciones médicas de opiáceos legales para tratar dolores crónicos. Por algunas décadas, estas potentes drogas estuvieron disponibles para millones de personas, y algunas se volvieron dependientes de ellas. Hoy muchos se pasaron al consumo de opiáceos ilegales, como la heroína y el fentanilo", explicó Thomas Clausen, investigador del Centro Noruego de Investigación sobre Adicciones de la Universidad de Oslo, consultado por Infobae.
Los especialistas destacan un hecho que no se debe pasar por alto: los países más desarrollados son también los más meticulosos para determinar las causas de los decesos. Eso les permite tener un registro muy exhaustivo de los casos vinculados a las adicciones. Es indudable que en muchos otros lugares los datos no son tan confiables, lo que puede llevar a subestimaciones en las cifras sobre este tipo de muertes. De todos modos, nadie discute que el problema es de extrema gravedad en las naciones centrales.
Casi todos coinciden en que la entrega irresponsable de recetas médicas para consumir opiáceos como la hidrocodona y la oxicodona para fines analgésicos volvió adictas a muchas personas. "Ahora hay consenso en que son contraproducentes y peligrosas porque pueden llevar a la adicción, pero en su momento hubo una agresiva campaña de marketing por parte de las compañías farmacéuticas, que usaban investigaciones poco confiables para instalar que los opiáceos eran seguros y efectivos para el tratamiento de los dolores", contó a Infobae Tom Clark, investigador del Instituto de Salud Conductual de la Universidad Brandeis, en Massachusetts.
A la difusión de estas sustancias, que allanó el camino para la penetración de la heroína y del fentanilo —que es mucho más potente y peligroso—, se sumó una respuesta deficiente del estado. En esto también hay coincidencias entre Estados Unidos y los nórdicos. El objetivo que se fijaron los encargados de diseñar las políticas de salud fue erradicar toda forma de consumo de drogas, a través de un sistema legal altamente restrictivo.
"En Suecia no se hacen distinciones entre sustancias. Por ejemplo, el cannabis no se trata con mayor indulgencia que otras drogas. Además se persigue tanto a los consumidores como a los dealers, y se castiga tanto el uso como la posesión. El resultado fue exitoso en un sentido: el número de usuarios de drogas es bajo. Sin embargo, aquellos que consumen terminan estigmatizados y marginados, y tienen muy pocas oportunidades para acceder a medidas claves de reducción de daños, como el cambio de agujas y los tratamientos de sustitución, que pueden mejorar su calidad de vida", dijo Caroline Chatwin, profesora de criminología en la Universidad de Kent, Reino Unido, en diálogo con Infobae.
Esa decisión política favoreció el aumento en la tasa de mortalidad de los adictos. En contraste, Holanda eligió un abordaje completamente diferente, y si bien tiene problemas de consumo que no se pueden soslayar, la proporción de muertes es de apenas 11,1 por millón de habitantes. "En vez de preocuparse demasiado por el número de usuarios de drogas —continuó Chatwin—, su estrategia es reducir el daño que provocan las adicciones. Tienen un poco más de usuarios que Suecia, pero su calidad de vida es mucho más alta. Tienen menos probabilidades de enfermarse y morir, pero mayores de entrar en algún tipo de tratamiento".
Todos estos argumentos apuntan a los efectos del fenómeno, a explicar por qué en algunos países muere una proporción mayor o menor de las personas afectadas por esta epidemia. Pero no alcanzan para comprender los orígenes del problema, la razón por la que tanta gente siente que sólo puede vivir sedada o evadida de la realidad.
"Las drogas, el alcohol, el suicidio, no son una colección aleatoria de fenómenos. Usualmente derivan de la depresión, la angustia, la desesperanza, y ocurren en un contexto sanitario, económico y social declinante entre los blancos sin título universitario", dijo a Infobae la socióloga Shannon M. Monnat, profesora de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Su análisis se centra en los problemas que viene enfrentando Estados Unidos en los últimos años, pero no son ajenos al resto de los países avanzados. El aumento de la desigualdad en un contexto económico desregulado, y la desarticulación de muchas de las instituciones de contención social que fueron pilares en la construcción de la modernidad, arrojaron ganadores y perdedores. Significaron oportunidades para muchos, pero también trajeron un sentimiento de desolación creciente para quienes no se pudieron adaptar a estas nuevas reglas.
"Este proceso llevó a un incremento de la angustia y de la desesperación, que puede empujar a las personas vulnerables a desarrollar comportamientos dañinos para la salud. Si a eso se le suma la facilidad en el acceso a calmantes muy adictivos, píldoras para la ansiedad y heroína cada vez más barata, se crea una tormenta perfecta", agregó Monnat.
Hacia una política integral para evitar más muertes
"Como la población que muere de sobredosis es heterogénea, representa un desafío para la salud pública —dijo Clausen—. La respuesta tiene que ser coordinada y diversificada, para cubrir las necesidades de todos los que están en riesgo. Eso incluye un buen acceso a tratamientos y a medidas para la reducción de daños. Adicionalmente, las políticas públicas tienen que incluir estrategias preventivas para reducir la difusión a futuro de desórdenes causados por el consumo de opiáceos. Pero no hay soluciones rápidas, y las intervenciones tienen que sostenerse durante un largo período de tiempo para que produzcan los efectos buscados".
Desde un punto de vista sanitario, es indispensable educar a los médicos que prescriben medicamentos, a los farmacéuticos y a los pacientes, para que comprendan los riesgos de largo plazo de los opiáceos en todas sus formas. "Hay que buscar que baje la prescripción de estas sustancias, y promover abordajes no opiáceos para lidiar con los dolores crónicos. También hay que ampliar el acceso a la naloxona en zonas de riesgo, y enseñar a los individuos a usarla para revertir las sobredosis", dijo Clark.
Por otro lado, también es necesario rever políticas que no parecen haber dado resultado. Es evidente que cualquier estrategia sanitaria razonable tiene que buscar la manera de evitar que las personas incurran en comportamientos que dañan su salud. Pero también lo es que el castigo difícilmente pueda ser la mejor respuesta.
"Creo que países como Suecia y Estados Unidos tienen que reformular sus políticas de drogas, para que la meta número uno sea reducir el nivel de daño que causa el consumo, tanto al usuario como a la comunidad. También deberían introducir técnicas más avanzadas, como las salas seguras, las pruebas de píldoras y permitir la prescripción de heroína para los adictos", afirmó Chatwin.
Håkan Leifman, director del Consejo Sueco para la Información sobre Alcohol y Otras Drogas (CAN por la sigla en sueco), sostuvo que para provocar un cambio es tan importante desarrollar los tratamientos médicos como mejorar el trabajo social. "Hay que fortalecer la prevención —dijo a Infobae—, apuntando a los más jóvenes, para que el número potencial de adictos se vaya reduciendo con el tiempo. Además hay que potenciar los esfuerzos para restringir la disponibilidad de drogas, tanto las que entran ilegalmente al país, como las sustancias legalmente prescritas".
No obstante, como el consumo desenfrenado de sustancias dañinas forma parte de una serie de reacciones nocivas a las dificultades que tiene la vida en este mundo, es fundamental pensar en respuestas integrales. Las propuestas populistas y conservadores que plantean restituir las reglas con las que se gobernaba la sociedad en el pasado están destinadas a fracasar. La única solución posible es desarrollar mecanismos que contengan económica, social y emocionalmente a las poblaciones vulnerables, a los perdedores del siglo XXI.
"El problema es mucho más grande que las drogas. Los esfuerzos para reducir el suministro tienen pocas probabilidades de éxito mientras la demanda permanezca elevada", dijo Monnat. "Lo que la gente realmente quiere es sentirse parte de algo que tenga sentido, que sus vidas tengan un propósito. Y muchos en Estados Unidos hoy no sienten eso. Somos un país muy individualista, y cuando las cosas empiezan a desmoronarse, estando solos es mucho más difícil tener éxito. La idea de que cada uno está por su cuenta, y de que sólo los más fuertes pueden sobrevivir, contribuye a crear un clima de aislamiento y desesperación. Una buena política económica, una buena política criminal, una buena política social, son también buenas políticas de salud pública", concluyó.


Países reproductores de drogas 
Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína del mundo al registrar aumentos históricos de las plantaciones de coca y de su capacidad para producir esa droga en 2017, según informó este miércoles la ONU.
Los cultivos de hoja de coca crecieron 17% hasta 171,000 hectáreas, mientras que el potencial de producción de cocaína subió 31% respecto de 2016 a 1,379 toneladas, un récord desde que comenzaron estas mediciones en 2001, dijo la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc).
"Quiero expresar mi profunda preocupación por la cantidad de dinero que mueven las drogas ilícitas", dijo el representante en Colombia de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc), Bo Mathiasen, en la presentación del informe anual.
En 2016 los sembradíos ilícitos de coca, cuya hoja es insumo básico para la cocaína, se situaban en 146,000 hectáreas y la capacidad de producción de la droga era de 1,053 toneladas métricas.
Mathiasen afirmó que actualmente no solo hay más plantaciones, sino que estas producen 33% más de hojas que en 2012 por la variedad de las plantas y su menor afectación de plagas.
"Una de las razones para el incremento es la percepción de menor riesgo frente a la actividad ilegal. Ante esta baja percepción en el riesgo, aumentó el área sembrada", afirmó.
La ONU estimó que la producción potencial de cocaína en Colombia tiene un precio en el mercado local de 2,700 millones de dólares, pese a que el kilo bajó 11% el año pasado, a 4.4 millones de pesos (unos 1,400 dólares).
"Si se contrasta este comportamiento con la oferta de cocaína, podría inferirse que los precios respondieron a un aumento en la disponibilidad", reza el documento.
Aunque la ONU resaltó el aumento en las incautaciones (435 toneladas, 20% más que en 2016) y que la erradicación forzosa casi se triplicó, llamó la atención porque "el ritmo es menor al incremento de la producción potencial".
Auge en fronteras
La ONU alertó que las fronteras con Venezuela y Ecuador son las más impactadas por los narcocultivos, actividad a la que están vinculados 119,500 hogares colombianos.
El departamento más afectado sigue siendo Nariño, limítrofe con Ecuador, que tiene un área sembrada mayor a la de Perú, segundo país con más cultivos ilícitos con 43,900 hectáreas.
Por ser un punto estratégico de salida de droga a Estados Unidos, esa zona es disputada por los rebeldes del ELN, narcotraficantes y disidencias de las FARC, la otrora guerrilla comunista que el año pasado se desarmó y transformó en partido.
El 64% de los aumentos de los sembradíos se presentó en los departamentos de Antioquia (noroeste), Cauca (oeste), Putumayo (sur) y Norte de Santander (noreste), en los límites con Venezuela.
Pero el 80% de las plantaciones sigue encontrándose en los mismos sitios que en la última década.
"La economía ilegal en estos municipios supera ampliamente la economía legal", afirmó Mathiasen.
En este sentido, la ONU declaró que tiene "una profunda preocupación por el capital derivado de la economía de las drogas", que afecta los esfuerzos para superar medio medio siglo de conflicto armado y la estabilidad del Estado.
Preocupación gubernamental
Colombia se mantuvo como el principal productor de cocaína y el país con más superficie de narcocultivos, por delante de Perú y Bolivia (24,500), según la ONU.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha criticado el aumento de los narcocultivos, que su gobierno sitúa en 209,000 hectáreas, aunque ha ratificado la ayuda que le otorga a Colombia hace décadas.
"Para nadie es una mentira que entre los años 2012 o 2013 y el año 2018 ha habido una tendencia de crecimiento exponencial", declaró el mandatario Iván Duque.
Duque aseguró que en las próximas semanas su gobierno, que asumió el 7 de agosto, presentará una "política integral" contra el narcotráfico. Las medidas incluyen desarticular redes de suministro, prevención de la drogadicción y erradicación forzosa.
La meta del gobierno es acabar con por lo menos 140,000 hectáreas en cuatro años. "La decisión aquí es frontal contra ese delito", aseveró Duque.
El mandatario ha cuestionado la estrategia antidrogas de su antecesor Juan Manuel Santos, que combinaba la eliminación de plantaciones con acuerdos de sustitución voluntaria con los campesinos cocaleros consagrados en el acuerdo de paz con las FARC.
En el pacto, apoyado por Estados Unidos, los excombatientes se comprometieron a ayudar a combatir el narcotráfico, cuyos recursos financiaron su levantamiento armado.
A raíz del repunte del cultivo y tráfico de drogas, Duque examina retomar las fumigaciones aéreas con el herbicida glifosato, suspendidas desde 2015 por potenciales afectaciones a la naturaleza y la vida humana.
Estados Unidos, principal consumidor de cocaína, apoya la medida.


Cada año mueren en el mundo 190.900 personas por consumo de estupefacientes,según las estimaciones más conservadoras presentadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), en su Informe Mundial sobre Drogas 2017. Probablemente la cifra sería aún mayor si todos los países tuvieran estadísticas confiables sobre este fenómeno que se agrava año a año. La gran mayoría de los decesos se produce por sobredosis, aunque también se contabilizan enfermedades, accidentes y suicidios que están directamente relacionados con excesos de consumo.
Si se miran los números por continente o región, el que tiene la mayor proporción de muertes es América del Norte, con 172,2 cada millón de habitantes. Luego aparecen Oceanía (102,3), África (61,9), Europa del Este (55,6), Europa Occidental y Central (26,4), Asia (22,5) y América Latina (14,9). El promedio mundial es 39,6.
Si los datos se desglosan por país, Estados Unidos es, con mucha ventaja, el que tiene el mayor número de fallecimientos por consumo de drogas en términos absolutos: 52.404 anuales para la UNODC. Pero es también el que lidera el ranking de mortalidad cada millón de habitantes, con 245,8. Considerando sólo a las naciones con estadísticas más o menos actualizadas —Islandia, Canadá y El Salvador están también entre los primeros, pero según datos de hace más de una década—, en segundo lugar está Suecia, con una tasa de 124,5. La lista de los primeros 15 se completa con Australia (116,2), Ucrania (104,9), Estonia (102,9), Rusia (81,1), Noruega (78,4), Finlandia (77,8), Dinamarca (72,3), Irlanda (70,8), Reino Unido (66,7), Lituania (60), Kenia (56,1), Venezuela (55,3) e Irán (53,2).
En la mayoría de los casos, las sustancias que más llevan a la muerte son los opiáceos, principalmente la heroína y el fentanilo. En Venezuela, en cambio, prevalecen la cocaína y sus derivados, que ocupan el segundo lugar en Estados Unidos. Las anfetaminas y los tranquilizantes aparecen segundos en Noruega y Finlandia. En Irlanda, Reino Unido, Suecia y Australia, ese lugar lo ocupan los tranquilizantes.
Analizando las características de los 15 primeros países se pueden identificar tres grupos. Por un lado aparecen naciones ricas de tradición liberal, con escasas regulaciones estatales sobre la economía y la sociedad, y con un problema de desigualdad creciente:Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y Australia. Un segundo grupo está compuesto por ex países comunistas, algunos de los cuales atraviesan desde hace décadas serios problemas económicos, de violencia y de inestabilidad política: Rusia, Ucrania, Lituania y Estonia.
El tercer segmento es el que más sorpresa podría generar a primera vista porque son, de acuerdo a todas las mediciones, los países que tienen los mayores estándares de bienestar social y calidad institucional en el planeta: Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, los nórdicos. Por último hay tres casos sin conexiones claras entre sí, aunque tienen en común notables déficits sociales y políticos: Kenia, Venezuela e Irán.
Lo desconcertante de este ranking es que los dos modelos de sociedad más exitosos para generar desarrollo, el liberal y el socialdemócrata, son también los más "eficaces" para producir personas que padecen un desapego a la vida tan grande como para morir producto del sobreconsumo de estupefacientes.
Un fenómeno sanitario, social y político
"Creo que la principal causa de las muertes relacionadas a las drogas, particularmente los decesos por sobredosis, es la difusión de los opiáceos en combinación con otras sustancias, como las benzodiazepinas. Este es un factor común a Europa y a Estados Unidos. Sin embargo, el origen de esta epidemia es diferente. En Estados Unidos se llegó a esta situación por un sistema muy liberal de entrega de prescripciones médicas de opiáceos legales para tratar dolores crónicos. Por algunas décadas, estas potentes drogas estuvieron disponibles para millones de personas, y algunas se volvieron dependientes de ellas. Hoy muchos se pasaron al consumo de opiáceos ilegales, como la heroína y el fentanilo", explicó Thomas Clausen, investigador del Centro Noruego de Investigación sobre Adicciones de la Universidad de Oslo, consultado por Infobae.
Los especialistas destacan un hecho que no se debe pasar por alto: los países más desarrollados son también los más meticulosos para determinar las causas de los decesos. Eso les permite tener un registro muy exhaustivo de los casos vinculados a las adicciones. Es indudable que en muchos otros lugares los datos no son tan confiables, lo que puede llevar a subestimaciones en las cifras sobre este tipo de

La lista de los mayores productores de droga en el mundo
16.09.2014 / 08:45 am
Washington (AP)
El presidente Barack Obama identificó el lunes a los 22 países cuya producción o tráfico de drogas tienen el mayor impacto sobre Estados Unidos.
Al enviar una notificación anual al Congreso, el mandatario declaró a Bolivia, Burma y Venezuela como tres países que han fracasado "de manera demostrable" durante los últimos 12 meses para honrar sus compromisos antinarcóticos internacionales, tal como lo ha venido haciendo los últimos años.
Los 22 países son AfganistánBahamasBelize, Bolivia, Burma, ColombiaCosta RicaEcuador, El Salvador, GuatemalaHaitíHondurasIndia, Jamaica, Laos, MéxicoNicaraguaPakistánPanamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.
El documento expresa preocupación por el cultivo de amapolas en México, el principal suplidor de derivados ilegales de opio, seguido de Colombia y Guatemala.
Obama indicó que las autoridades estadounidenses han iniciado más de 4.500 investigaciones sobre heroína desde 2011, y que 110 millones de dólares han sido destinados a las autoridades mexicanas para equipos y entrenamiento.
El informe agrega que la cooperación estadounidense ayudó a Colombia a incautarse 379 kilos de heroína en 2013, y que Guatemala erradicó una cantidad considerable de cultivos el mismo año.
Obama señaló que la producción de coca en los tres países principales (Colombia, Bolivia y Perú) se ubica en 133.700 hectáreas, el nivel menor desde que se llevan estadísticas en 1990.


Un informe especial del expresidente Barack Obama de 2016 muestra que el negocio del narcotráfico comienza en los países que no cumplen con sus obligaciones internacionales de lucha contra este crimen en el continente americano. La lista incluye a Bahamas, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Asimismo, existe otra lista de los países de origen de las sustancias para producir narcóticos que son, por orden alfabético, los siguientes: Afganistán, Argentina, Bangladés, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Guatemala, Honduras, India, Indonesia, México, Myanmar, Nigeria, Pakistán, Perú, República Dominicana, Singapur, ­Sudáfrica, Taiwán y Venezuela.
Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (­UNODC) de 2015 muestra que hay sembradas 96.000 hectáreas de hojas de coca en Colombia, lo que implica una producción de 646 toneladas métricas, seguida de Perú y de Bolivia. Sólo en el puerto de Tumaco, sobre el Pacífico colombiano, se acumulan entre el 17% y el 18% de las siembras totales del país. Asimismo, según informa el diario La Nación de Buenos Aires, Susana Malcorra, la exministra de Exteriores argentina, confirmó al Senado que el país se había convertido en el tercer exportador de coca del mundo, y según la oficina de la UNODC le siguen Brasil, República Dominicana y Colombia. Lógicamente, existe también la lista de los países consumidores, que son todos los más desarrollados, empezando por Estados Unidos y Canadá, y seguidos por los países de Europa, además de Japón, Corea, China, buena parte de Asia Meridional y Australia.
Las muertes por sobredosis en EE UU superan cada año a otras causas como los accidentes de tráfico, suicidios u homicidios
La producción de heroína, de cocaína, de opio y de otros derivados es la que más preocupa en todo el mundo, al ser las sustancias que generan los peores efectos negativos para la salud y para la esperanza de vida de todas aquellas personas que las consumen. Los ciudadanos de Estados Unidos son los que consumen una mayor cantidad de drogas, según la DEA (Drug Enforcement Administration), que en su informe de 2017 muestra que el número de muertes por envenenamiento con drogas pasó de 16.849 en 1999 a 52.404 en 2015, siendo el número más elevado del total de muertes por otras causas como los suicidios, accidentes de automóvil, armas de fuego y homicidios. Es decir, la drogas son la primera causa de muerte en EE UU, un país de 326,7 millones de habitantes. El National Institute on Drug Abuse (NIH) estadounidense, en una encuesta sobre su uso, abuso y dependencia entre ciudadanos de más de 12 años, a la que contestaron 67.800 personas, muestra que hay 24,6 millones de estadounidenses que abusan de las drogas, de los que 19,8 millones fuman marihuana, 6,7 millones abusan de drogas de prescripción, 1,5 millones de cocaína, 1,3 millones de alucinógenos, 0,5 millones inhalan drogas diversas y 0,3 millones consumen heroína. Su número total ha aumentado un 8,3% frente a la encuesta de 2002.
Asimismo, EE UU está muy preocupado por el cultivo de la amapola de opio en México, que es el principal distribuidor de derivados ilegales de opiáceos en EE UU, según estima la DEA.
Lógicamente, todas estas sustancias ilegales se venden a precios muy elevados porque se suelen consumir en los países más ricos, que son los que pueden pagar costes tan altos por ellas. El precio del kilo de cocaína se puede multiplicar desde 1.300 dólares en la selva de Colombia hasta 27.000 en Estados Unidos, 53.000 en Europa y 200.000 en Australia. De ahí que aquellos que transportan la cocaína desde Sudamérica hasta EE UU sobornan a muchos policías, militares y políticos que se encuentran a su paso, incluso a gobernadores de algunos Estados como en México, hasta llegar a su destino final en EE UU.
El informe de la UNODC calcula que uno de cada 20 adultos, es decir, 255 millones de personas en el mundo de entre 15 y 64 años, consumió drogas en 2015 y, sin embargo, sólo una de cada seis personas recibe algún tipo de tratamiento. Además, hay 29 millones de aquellas personas que consumen drogas que sufren trastornos muy serios relacionados con ellas y otros 12 millones son consumidores de drogas por inyección, de los cuales el 14% tienen el sida (VIH). El índice de predominio del uso de drogas ha variado poco: entre 2006 y 2015 se mantiene en el 5,3% de la población mundial, habiendo subido cuatro décimas desde el 4,9% en 2006.
Mientras un kilo de cocaína en origen puede cotizarse a 1.300 dólares, en Europa puede alcanzar los 53.000
En 2015, el número de muertes relacionadas por sobredosis de drogas ha sido de 207.400, es decir, 43 muertes por cada millón de personas entre 15 y 64 años de edad. Asimismo, se calcula que el porcentaje de personas que han consumido drogas entre 2008 y 2014 ha pasado del 4,6%, en 2008 al 5,2% en 2011 y se ha mantenido en esa misma proporción hasta 2014.La UNODC calcula que se han perdido 28 millones de años de vida sana como resultado del consumo de drogas, otros 17 millones de años de vida sana perdidos por los trastornos relacionados con el consumo de drogas y 18 millones de años de vida a consecuencia de una muerte prematura causada por el consumo de drogas.
El reparto por consumidores de estas sustancias en los 12 meses anteriores a 2015 es el siguiente: 183 millones de consumidores de cannabis, 35 millones de consumidores de opioides, 37 millones de consumidores de anfetaminas y estimulantes de venta con receta, 22 millones de consumidores de éxtasis, 18 millones de consumidores de opiáceos y 17 millones de consumidores de cocaína. Asimismo, la UNODC calcula las incautaciones de drogas entre 1998 y 2014. Muestra que, partiendo de una base 100, en 1998 las sustancias que más han crecido han sido los estimulantes basados en anfetaminas (ATS). Existen mercados nuevos de estas sustancias, cuyos datos se consiguen a través de sus capturas en toneladas, que han pasado de 95 toneladas en 2010 a 190 en 2015. Lo mismo ocurre con otros mercados de nuevas sustancias psicoactivas (NPS), de marihuana y de opiáceos sintéticos.
Las corrientes del tráfico de heroína van desde Pakistán hasta Canadá por el océano Pacífico, desde Colombia hasta México y Estados Unidos, desde Afganistán y Pakistán hasta Europa a través de Turquía, y desde Afganistán al golfo Pérsico y Oriente Próximo. Parte de la distribución desde Afganistán se realiza asimismo dando la vuelta a África y llegando a Europa Central y Suroriental, y entrando a través del norte de África a España, Francia e Italia. Myanmar y Laos distribuyen heroína a China, a Asia Suroriental y a Oceanía, que son zonas de rentas muy altas. Asimismo, la UNODC muestra que otra gran parte del tráfico de la cocaína desde toda América del Sur, no sólo desde Colombia, se dirige a Europa Occidental y Central, entra por Galicia y por el norte de Portugal y penetra en el resto de Europa. Finalmente, la agencia de la ONU estima que el tráfico de drogas no se encuentra solamente en la esfera de los grandes grupos delictivos.
Un informe especial del expresidente Barack Obama de 2016 muestra que el negocio del narcotráfico comienza en los países que no cumplen con sus obligaciones internacionales de lucha contra este crimen en el continente americano. La lista incluye a Bahamas, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Asimismo, existe otra lista de los países de origen de las sustancias para producir narcóticos que son, por orden alfabético, los siguientes: Afganistán, Argentina, Bangladés, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Guatemala, Honduras, India, Indonesia, México, Myanmar, Nigeria, Pakistán, Perú, República Dominicana, Singapur, ­Sudáfrica, Taiwán y Venezuela.
Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (­UNODC) de 2015 muestra que hay sembradas 96.000 hectáreas de hojas de coca en Colombia, lo que implica una producción de 646 toneladas métricas, seguida de Perú y de Bolivia. Sólo en el puerto de Tumaco, sobre el Pacífico colombiano, se acumulan entre el 17% y el 18% de las siembras totales del país. Asimismo, según informa el diario La Nación de Buenos Aires, Susana Malcorra, la exministra de Exteriores argentina, confirmó al Senado que el país se había convertido en el tercer exportador de coca del mundo, y según la oficina de la UNODC le siguen Brasil, República Dominicana y Colombia. Lógicamente, existe también la lista de los países consumidores, que son todos los más desarrollados, empezando por Estados Unidos y Canadá, y seguidos por los países de Europa, además de Japón, Corea, China, buena parte de Asia Meridional y Australia.
Las muertes por sobredosis en EE UU superan cada año a otras causas como los accidentes de tráfico, suicidios u homicidios
La producción de heroína, de cocaína, de opio y de otros derivados es la que más preocupa en todo el mundo, al ser las sustancias que generan los peores efectos negativos para la salud y para la esperanza de vida de todas aquellas personas que las consumen. Los ciudadanos de Estados Unidos son los que consumen una mayor cantidad de drogas, según la DEA (Drug Enforcement Administration), que en su informe de 2017 muestra que el número de muertes por envenenamiento con drogas pasó de 16.849 en 1999 a 52.404 en 2015, siendo el número más elevado del total de muertes por otras causas como los suicidios, accidentes de automóvil, armas de fuego y homicidios. Es decir, la drogas son la primera causa de muerte en EE UU, un país de 326,7 millones de habitantes. El National Institute on Drug Abuse (NIH) estadounidense, en una encuesta sobre su uso, abuso y dependencia entre ciudadanos de más de 12 años, a la que contestaron 67.800 personas, muestra que hay 24,6 millones de estadounidenses que abusan de las drogas, de los que 19,8 millones fuman marihuana, 6,7 millones abusan de drogas de prescripción, 1,5 millones de cocaína, 1,3 millones de alucinógenos, 0,5 millones inhalan drogas diversas y 0,3 millones consumen heroína. Su número total ha aumentado un 8,3% frente a la encuesta de 2002.
Asimismo, EE UU está muy preocupado por el cultivo de la amapola de opio en México, que es el principal distribuidor de derivados ilegales de opiáceos en EE UU, según estima la DEA.
Lógicamente, todas estas sustancias ilegales se venden a precios muy elevados porque se suelen consumir en los países más ricos, que son los que pueden pagar costes tan altos por ellas. El precio del kilo de cocaína se puede multiplicar desde 1.300 dólares en la selva de Colombia hasta 27.000 en Estados Unidos, 53.000 en Europa y 200.000 en Australia. De ahí que aquellos que transportan la cocaína desde Sudamérica hasta EE UU sobornan a muchos policías, militares y políticos que se encuentran a su paso, incluso a gobernadores de algunos Estados como en México, hasta llegar a su destino final en EE UU.
El informe de la UNODC calcula que uno de cada 20 adultos, es decir, 255 millones de personas en el mundo de entre 15 y 64 años, consumió drogas en 2015 y, sin embargo, sólo una de cada seis personas recibe algún tipo de tratamiento. Además, hay 29 millones de aquellas personas que consumen drogas que sufren trastornos muy serios relacionados con ellas y otros 12 millones son consumidores de drogas por inyección, de los cuales el 14% tienen el sida (VIH). El índice de predominio del uso de drogas ha variado poco: entre 2006 y 2015 se mantiene en el 5,3% de la población mundial, habiendo subido cuatro décimas desde el 4,9% en 2006.
Mientras un kilo de cocaína en origen puede cotizarse a 1.300 dólares, en Europa puede alcanzar los 53.000
En 2015, el número de muertes relacionadas por sobredosis de drogas ha sido de 207.400, es decir, 43 muertes por cada millón de personas entre 15 y 64 años de edad. Asimismo, se calcula que el porcentaje de personas que han consumido drogas entre 2008 y 2014 ha pasado del 4,6%, en 2008 al 5,2% en 2011 y se ha mantenido en esa misma proporción hasta 2014.La UNODC calcula que se han perdido 28 millones de años de vida sana como resultado del consumo de drogas, otros 17 millones de años de vida sana perdidos por los trastornos relacionados con el consumo de drogas y 18 millones de años de vida a consecuencia de una muerte prematura causada por el consumo de drogas.
El reparto por consumidores de estas sustancias en los 12 meses anteriores a 2015 es el siguiente: 183 millones de consumidores de cannabis, 35 millones de consumidores de opioides, 37 millones de consumidores de anfetaminas y estimulantes de venta con receta, 22 millones de consumidores de éxtasis, 18 millones de consumidores de opiáceos y 17 millones de consumidores de cocaína. Asimismo, la UNODC calcula las incautaciones de drogas entre 1998 y 2014. Muestra que, partiendo de una base 100, en 1998 las sustancias que más han crecido han sido los estimulantes basados en anfetaminas (ATS). Existen mercados nuevos de estas sustancias, cuyos datos se consiguen a través de sus capturas en toneladas, que han pasado de 95 toneladas en 2010 a 190 en 2015. Lo mismo ocurre con otros mercados de nuevas sustancias psicoactivas (NPS), de marihuana y de opiáceos sintéticos.
Las corrientes del tráfico de heroína van desde Pakistán hasta Canadá por el océano Pacífico, desde Colombia hasta México y Estados Unidos, desde Afganistán y Pakistán hasta Europa a través de Turquía, y desde Afganistán al golfo Pérsico y Oriente Próximo. Parte de la distribución desde Afganistán se realiza asimismo dando la vuelta a África y llegando a Europa Central y Suroriental, y entrando a través del norte de África a España, Francia e Italia. Myanmar y Laos distribuyen heroína a China, a Asia Suroriental y a Oceanía, que son zonas de rentas muy altas. Asimismo, la UNODC muestra que otra gran parte del tráfico de la cocaína desde toda América del Sur, no sólo desde Colombia, se dirige a Europa Occidental y Central, entra por Galicia y por el norte de Portugal y penetra en el resto de Europa. Finalmente, la agencia de la ONU estima que el tráfico de drogas no se encuentra solamente en la esfera de los grandes grupos delictivos.

WASHINGTON.- Bolivia y Venezuela son, junto a Myanmar, los países del mundo donde existe un "fracaso demostrable" a la hora de implementar sus obligaciones internacionales en la lucha antidrogas, según el informe anual de Estados Unidos sobre el narcotráfico en el mundo. Entre los mayores productores y países de tránsito de drogas del mundo se encuentran también Colombia, México, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Perú, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá y Belice, de acuerdo con el informe, enviado hoy por el Departamento de Estado al Congreso estadounidense. El informe, relativo a 2016, se basa en las recomendaciones emitidas por el ex Presidente de Estados Unidos Barack Obama en septiembre pasado, cuando designó a Bolivia, Venezuela y Myanmar como responsables de una política fallida en la lucha antidrogas en los doce meses anteriores. Aunque esa denominación puede implicar sanciones de Estados Unidos, la designación de Obama fue acompañada en este caso de una recomendación al Congreso de que no interrumpiera la asistencia económica a Venezuela y Myanmar, que está "en el interés nacional de Estados Unidos", según el Departamento de Estado. En el caso de Bolivia, Obama no llegó a estimar que Estados Unidos tenga en su "interés nacional" continuar la ayuda, por lo que la asistencia que Washington proporciona a ese país se limita a la humanitaria y de lucha contra el narcotráfico, que es mínima. La lista de los 22 países que son los mayores productores y zonas de tránsito de drogas del mundo que aparece en el informe es idéntica a la del año pasado, que se refería a 2015, y está compuesta por una mayoría de naciones latinoamericanas, además de cinco asiáticas: Afganistán, Birmania, India, Laos y Pakistán. La principal novedad del informe es la inclusión de Belice en la lista de los principales países de origen de sustancias químicas precursoras que se usan en la producción de narcóticos ilegales. En esa lista repiten un año más Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana y Venezuela; entre una veintena de países que incluyen varios europeos como el Reino Unido, Alemania, Holanda y Bélgica; y asiáticos como Tailandia y China.


Solo en 2016 alrededor de 275 millones de personas consumieron al menos una vez alguna droga ilegal
Solo en 2016 alrededor de 275 millones de personas consumieron al menos una vez alguna droga ilegal
Durante la presentación del Informe Mundial Sobre las Drogas 2018 en la Cancillería boliviana, el representante en el país de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), Thierry Rostan, señaló que la mayoría del consumo de cocaína "se concentra en las Américas" y que el número "va en aumento".
Los consumidores de la droga derivada de la hoja de coca alcanzaron los 18,2 millones en el mundo en 2016, "un 7% más" que el año anterior, de los que "más de la mitad" está en el continente americano y un 34% en América del Norte, señaló el reporte.
El diplomático sostuvo además que la producción mundial de la droga "aumentó en un 56% en el periodo 2013-2016", proveniente sobre todo de Colombia, donde se genera la "mayoría de la cocaína del mundo".
El informe reveló datos recabados en el periodo 2013-2016, emitidos por la UNODC en junio pasado y presentados hoy en Bolivia.
Además, refleja información sobre la cantidad de cultivos de coca y el análisis de la situación del comercio y consumo de otras drogas.
Rostan destacó que la producción mundial de cocaína llegó en 2016 a 1.410 toneladas, lo que significa "la cifra más alta jamás registrada" e indicó que en el periodo 2013-2016 hubo un incremento del 56% en comparación a años precedentes.
Los flujos frecuentes de exportación de cocaína parten de la región andina hacia EEUU o Europa a través de Portugal y España, países considerados como la “puerta de ingreso” al mercado europeo
Los flujos frecuentes de exportación de cocaína parten de la región andina hacia EEUU o Europa a través de Portugal y España, países considerados como la “puerta de ingreso” al mercado europeo
Rostan también mencionó que Colombia, a parte de ser el principal productor de cocaína, es el que concentra el mayor número de hectáreas ilegales de hojas de coca, con 143.000 reportadas en 2016, un 68% del cultivo mundial. Detrás están Perú, con 43.000 hectáreas y un 21% de los cultivos, y Bolivia con un 10% del total global.
En todos estos casos, la UNODC ha reportado en los últimos años el incremento de las zonas de plantación después de un ciclo de descenso permanente.
A su turno, el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Carlos Romero, resaltó en su intervención los "elementos críticos" del informe como los nuevos métodos de tráfico de droga en el llamado "internet oscuro", el incremento de vulnerabilidad de la población más joven y ascenso del consumo de drogas.
No obstante, Romero destacó las soluciones surgidas desde la comunidad internacional que ha "reelaborado el enfoque de la problemática" desde la prevención y la salud pública.
El consumo de opioides ha sido la principal causa de unas 60.000 muertes en América del Norte, por sobredosis de fármacos no recetados
El consumo de opioides ha sido la principal causa de unas 60.000 muertes en América del Norte, por sobredosis de fármacos no recetados
Por otro lado, se estableció que 192,2 millones de personas consumieron cannabis o marihuana en 2016.
Las incautaciones de marihuana alcanzaron poco más de 4.500 toneladas ese mismo año, de las cuales dos tercios se produjeron en el continente americano.
Finalmente, son motivo de preocupación las drogas sintéticas, que "siguen propagándose", ya que cada año aparecen en el mercado nuevas sustancias.
Generales
Generales
aminofilinacafeína (café)paraxantinateobromina (chocolate)teofilina
Generales
Generales
Generales
Generales
Generales
Generales
Generales
anfetaminas, fenterminas, catinonos y catecolaminas
Comunes
Comunes
Comunes
Véase también
Drogas alucinógenas[editar]
Una droga alucinógena es aquella droga que produce cambios en la percepción, consciencia, emoción o ambos.
Este grupo se divide a su vez en otros tres:
·         Psicodélicos: producen una alteración en la cognición y la percepción. Las experiencias suelen asociarse a la meditación, el yoga, el trance o el sueño. Los psicodélicos suelen agruparse en lisergamidas (destaca el LSD), feniletilaminaspiperazinatriptaminas y otros.
·         Disociativos: producen un bloqueo de las señales de la mente consciente hacia otras partes del cerebro produciendo alucinaciones, privación sensorial, disociación y trance. Pueden producir también sedación, depresión respiratoria, analgesia, anestesia o ataxia, así como pérdida de las facultades mentales y la memoria. Se dividen en adamantanos, arilciclohexilaminas y morfinanos.
·         Delirantes: producen delirios, a diferencia de los alucinógenos psicodélicos y disociativos en el que se mantiene cierto estado de consciencia. Se dividen en anticolinérgicosantihistamínicos y GABA-agonistas.
Drogas opioides[editar]
Los opioides son las drogas que se unen a receptores opioides situados principalmente en el sistema nervioso central y en el tracto gastrointestinal. Hay tres grandes clases de sustancias opiáceas: alcaloides del opio, como morfina y codeína; opiáceos semi-sintéticos, tales como heroína y oxicodona; y opioides completamente sintéticos, tales como petidina y metadona, que tienen una estructura no relacionada con los alcaloides del opio.
Clasificación según su uso médico[editar]
Las drogas que se utilizan como fármacos se clasifican según el objetivo con el que se utilicen o la patología que combatan.
Drogas analgésicas[editar]
Las drogas analgésicas o analgésicos son aquellas drogas que reducen o inhiben el dolor.
Los analgésicos se dividen en: opioidespirazolonascannabinoidesanilinas y antiinflamatorios no esteroideos.
Los analgésicos utilizados para tratar el dolor dependerán de la intensidad y características propias del dolor. Para dolores leves suelen utilizarse los AINEs que además de tratar el dolor y reducen la fiebre, y en grandes dosis, tienen efectos antiinflamatorios. No obstante, este tipo de sustancias tienen un techo analgésico bajo, el cual no puede ser traspasado ni en mayores dosis ni en combinación con otras drogas del mismo tipo. No tienen un potencial de dependencia física elevado, por lo que su venta es libre en la mayoría de países. Para el alivio de dolores de intensidad moderada se utilizan opioides débiles, de distribución no libre, como el tramadol, la codeína o la hidrocodona. Para dolores de intensidad fuerte se utilizan opioides fuertes como la morfina, la hidromorfona, la metadona, el fentanilo, etc. Estas sustancias no tienen techo analgésico, existiendo solamente un techo toxicológico.
Drogas anestésicas[editar]
Una droga anestésica es aquella que produce anestesia generalizada o local. Puede producir además molestias de garganta, náuseas o vómitos, mareos, cefaleas o muerte.
Este grupo se divide en subgrupos: etéreoshaloalcanosopioides y esteroides neuroactivos; inyectables o inhalables.
Drogas sedantes-hipnóticas[editar]
Una droga sedante-hipnóticas o soporíficas son aquellas cuya primera función es la inducción al sueño. Pueden producir, según qué tipo de sedantes-hipnóticos, insomnioansiedad, confusión, desorientación, depresión respiratoria, pérdida de equilibrio, disminución del juicio, o muerte.
Este grupo se subdivide a su vez en subgrupos: GABA-agonistas, H1 agonistas-inversos, α1 adrenérgicos antagonistasα2 adrenérgicos antagonistasagonistas melatoníticos y antagonistasorexiníticos.
Drogas antidepresivas[editar]
Una droga antidepresiva es aquella que produce un alivio en los síntomas de la depresión, la distimiaansiedad; y en general todos los trastornos del estado de ánimo y la fobia social.
Este grupo se subdivide en: Inhibidores de la recaptación selectiva, potenciadores de la recaptación selectiva, agentes de la liberación selectiva, antagonistas de los receptores, inhibidores de la recaptación, antidepresivos bicíclicos, antidepresivos tricíclicos, antidepresivos tetracíclicos, antidepresivos heterocíclicos, inhibidores de la monoaminooxidasaagonistas de los receptores 5-HT1A.
Drogas antiparkinsonianas[editar]
Las drogas antiparkinsonianas son aquellas drogas que tratan los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Producen efectos adversos como hipotensiónarritmiasnáuseas, pérdida del cabello, ansiedadalucinaciones, somnolencia, problemas respiratorios, desorientación, confusión y psicosis.
Estas drogas se dividen en dos grupos: dopaminérgicos y anticolinérgicos.
Drogas antipsicóticas[editar]
Una droga antipsicótica es aquella que produce un alivio en los síntomas de la psicosis. Pueden producir ganancia de peso, agranulocitosisdiscinesiaacatisiadistoníapárkinsonhipotensióntaquicardialetargiapesadillashiperprolactinemia o disfunción eréctil.
Este grupo se divide en subgrupos: benzamidas, butirofenonas, difenilbutilpiperidinas, fenotiazinas, tioxantinas, tricíclicos, piperidinas de benzisoxazola, piperazinas de benzotiazoles y otros menos comunes.
Drogas ansiolíticas[editar]
Una droga ansiolítica es aquella utilizada para el tratamiento de la ansiedad y sus desórdenes. Son considerados tranquilizantes menores. Pueden producir taquicardia, pesadillas o pérdida de la consciencia.
Este grupo se divide en:receptores GABAAagonistas de los receptores 5-HT1Aantagonistas de la histamina (antihistamínico), antagonistas de la liberación de la corticotropina, antagonistas de la taquicinina, antagonistas de la melanina, etc.
Drogas anoréxicas[editar]
Las drogas anoréxicas o antiobésicas son aquellas que suprimen o reducen el apetito. Suelen utilizarse para reducir peso.
Este tipo de drogas se dividen en estimulantes y anticannabinoides. La mayoría de estimulantes suprimen el apetito, y de hecho, la droga más consumida del mundo, el café,43​ es un potente supresor del hambre.44​ Los cannabinoides tienen la capacidad de estimular los receptores cannabinoides CB1 y CB2, que incrementan el apetito. Aquellas sustancias antagonistas y agonistasinversas de estos receptores producirían el efecto contrario, esto es, la disminución o la supresión el apetito, como sucede con el Rimonabant o el Surinabant. No obstante, el consumo excesivo de THC produce el efecto contrario al de un consumo moderado, ya que en un consumo normal la activación de los receptores cannabinoides CB1 se produce a nivel de las neuronas excitadoras glutamatérgicas mientras que un consumo mayor produciría la estimulación de los receptores cannabinoides CB1 en las neuronas inhibidoras GABAérgicas del estriado ventral.45
Drogas euforizantes[editar]
Una droga euforizante es aquella que induce a sentimientos de euforia. Los efectos pueden incluir relajación, control del estrés, felicidad o placer; ya que pueden actuar sobre los centros de placer del cerebro. El ámbito de acción de estas drogas es generalizado encontrándose en varios tipos de drogas psicotrópicas.
Drogas nootrópicas[editar]
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/72/Joint%28detail%29.jpg/220px-Joint%28detail%29.jpg
El cannabis afecta casi todos los sistemas corporales. En él se combinan muchas de las propiedades del alcohol, los tranquilizantes, los opiáceos y los alucinógenos.46
Las drogas nootrópicas (del griego noús ‘mente’ y trópos ‘movimiento’) o smart drugs (‘drogas inteligentes’ en inglés) son aquellas que incrementan las funciones mentales, como la cognición, la memoria, la atención, o aumentan la motivación o la concentración. Son referidos generalmente como psicoestimulantes. Este grupo incluye los simpaticomiméticos, las xantinas, los eugeroicos, los antagonistas de la H3, los agonistas inversos de GABAA, los agonistas de la dopamina  D1, los agonistas de la nicotina α7, los inhibidores de la prolil endopeptidasa, los agonistas α-adrenérgicos y los antioxidantes, entre otros.
Clasificación en "duras" y "blandas"[editar]
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Este aviso fue puesto el 23 de abril de 2015.
Artículo principal: Drogas duras y blandas
La diferencia entre una droga dura y una droga blanda es que la dura causa adicción o dependencia tanto física como psíquica, mientras que la blanda causa adicción o dependencia a nivel solo físico, o solo psíquico.
En su origen esta distinción pretendió servir para distinguir las drogas altamente adictivas que comportan serios daños a la salud (duras), de las poco adictivas, que no presentan un riesgo grave para quien las consume (blandas).[cita requerida]
A pesar de ello esta distinción es aún empleada tanto en el discurso oficial como en el habla informal:[cita requerida]
·         Drogas duras: la cocaína, los opioides (morfinaheroína, etc.), el alcohol, o las anfetaminas son comúnmente descritas como drogas duras.
·         Drogas blandas: el término es aplicado generalmente a los derivados del cannabis (marihuanahachís, etc.), a la cafeína, etc. Por lo general el término se aplica a sustancias cuyo consumo no conlleva patrones de comportamiento social desadaptativos.
La distinción entre drogas duras y blandas es importante en la política de drogas de los Países Bajos, entre otros estados, donde ciertas drogas blandas tienen tolerancia oficial, aunque casi siempre están sujetas a restricciones en cuanto a su comercio, producción y consumo.
Drogas de consumo más común[editar]
Drogas de consumo más común
Rama
Tipo
Drogas relacionadas
Efectos en dosis estándar
Estatus legal
Depresores
sedantes y analgésicos
Sedante hipnótico NMDA-antagonista
etanol (alcohol)
euforia, relajación, disminución de los reflejos, problemas de coordinación, etc.
legal
Analgésico opioide MOR-agonista
placer, sedación, euforia, etc.
ilegal
anestesia general y sedación
legal bajo prescripción
Sedante hipnótico GABA-agonista
sedante, somnífero, amnesia anterógrada
ilegal
Anestésico disociativo-sedativo NMDA-Antagonista
anestesia, distorsión de la percepción, aislamiento, reducción de la atención y del aprendizaje, alucinaciones
ilegal
Sedante ansiolítico GABAA-agonista y PAM
sedación, relajación, placer, bienestar general
legal bajo prescripción médica
Alucinógenos
Alucinógeno psicodélico 5-HT2A-agonista
MDMA (éxtasis)
euforia, felicidad, ligereza mental y física, bienestar general
ilegal
alucinaciones, creatividad, apertura emocional, cambios de humor
ilegal
alucinaciones basadas en la realidad, sinestesia
ilegal
euforia, autoexploración, leves alucinaciones
ilegal (según el país)
Alucinógeno cannabinoide CB1R-agonista
euforia, relajación, placer, amnesia, intensificación sensorial, bienestar general
ilegal/legal
Estimulantes
Estimulante colinérgico nAChRs-agonista
nicotina (tabaco)
estimula la memoria y la vigilia, inhibe el sueño y el hambre, bienestar general
legal
Estimulante feniletilaminoso DA-agonista,NDRI y 5-HT2A-agonista
euforia, ansiedad, concentración, grandiosidad, paranoia e irritabilidad
ilegal
Estimulante adenosinoso P1A1-antagonista
cafeína y teobromina (café, té, chocolate)
disminución del sueño y el hambre, mejor coordinación y memoria, vasodilatación y aumento de las funciones cognitivas
legal
Según los efectos producidos sobre el sistema nervioso central[editar]
Constituye el sistema de clasificación más aceptado en la actualidad (frente a la distinción entre drogas "duras" y "blandas" o legales e ilegales).
Según su daño físico[editar]
El daño físico es relativo y variable según la condición preexistente. A continuación, una tabla ordenada según el daño a la salud, aunque el daño social puede variar:
Droga
Daño
Componente de daño a la salud (sobre 3)
Componente de daño social (sobre 3)
Mortalidad estimada
  Nula
≈ 0
-
0 / año
   Bajo
0,75
1,1
Desconocido
    Medio-bajo
1,3
1,3
Desconocido
    Medio-bajo
* Ver nota (1,5 máx.) 1
0,8
0 / Año
     Medio
1,5
0,8
Desconocido
     Medio
1,5 ²
1,3
0 / año
     Medio
1,55
1,5
Desconocida
     Medio
1,6
1,0
Desconocido
      Alto
1,86
1,9
Desconocida
      Alto
1,9
1,1
5 millones / año y el 70-80 % de los cánceres de pulmón
       Alto
1,9
1,5
Desconocida
       Alto
2,0
2,5
Desconocida
       Alto
2,1
2,4
2,5 millones / año
        Muy alto
2,65
3
Desconocida
Notas: 1 El cannabis inhalado tras su combustión es tan o más dañino que el tabaco, pero vaporizado tiene pocos efectos perniciosos por lo que este dato está sujeto a debate. ² No se conocen efectos físicos sobre el cuerpo humano tras su consumo prolongado, pero sí posibles efectos en la psique cuya variabilidad es notable.
Según su nivel de adicción[editar]
Según su nivel de adicción, las drogas pueden clasificarse como sigue:47
N.º
Droga
Potencial de adicción
1
99/100
2
96,5/100
3
95,5/100
4
Metanfetamina fumada
92,5/100
5
Metanfetamina inyectada
89,5/100
6
87,5/100
7
86/100
8
83/100
9
82/100
10
82/100
11
81/100
12
78/100
13
67/100
14
55/100
15
42/100
16
40/100
17
32/100
18
17/100
19
16/100
20
?/100
De esta lista, al menos tres son de venta legal en las tiendas y son de uso corriente en la sociedad occidental: la nicotina del tabaco, el café y el alcohol. También se puede conseguir con receta el Valium, y curiosamente su alto poder de adicción contrasta con los estudios de quienes creen que es un placebo[cita requerida]. La consideración legal respecto a éstas es sin duda muy diferente a la relacionada con las del resto de la lista.
En el 2015, sobre la base de las investigaciones que buscan reducir la obesidad y la diabetes tipo 2 -principales problemas de salud en Estados Unidos-, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reportó que los hábitos compulsivos en los adictos al azúcar siguen circuitos neuronales diferentes a los relacionados al deseo por los alimentos sanos.48
La juventud y la drogadicción[editar]
El consumo de drogas suele iniciarse en la etapa de la adolescencia o juventud, lo cual se ha convertido en una preocupación social.49
El Office for National Statistics del Reino Unido indicó que en ese país “el 12 % de los alumnos de entre 11 y 15 años había consumido drogas el pasado año [...]. El cannabis [marihuana] fue, con mucho, la más utilizada” y que “a más de un tercio de estos jóvenes (el 35 %) les habían ofrecido una o varias clases de droga”.
Un informe respaldado por la Unión Europea revela también que entre la gente joven “es cada vez más habitual beber hasta emborracharse”.50​ El informe añade que el “alcoholismo tiene, a corto plazo, consecuencias nefastas, tales como accidentesviolencia y envenenamiento, así como problemas sociales y del desarrollo”. Un estudio realizado en Japón señala que “las drogas más utilizadas por los adolescentes del país son los disolventes orgánicos, que pueden inducir al uso de otras sustancias”.[cita requerida]
En total, se declara que para el 2012 se contaban 28 millones de personas bebedoras de 12-65 años de las cuales el 53% de los consumidores son hombres y el 47% son mujeres. Además, el 25% se declaró dependiente del tabaco siendo 69% hombres y 31% mujeres. El 72% del grupo de fumadores declara haber comenzado el vicio antes de los 18 años, mientras que actualmente el 9% de la población fumadora es representada por los mismos menores de edad. Estas cifras recopiladas, también muestran que la principal ocupación de los consumidores de drogas como el tabaco o el alcohol, es empleado. En cuanto a drogas más fuertes, el 7% de la población admite consumir drogas químicas con frecuencia y por el contrario, el 63% declara no haberlas probado jamás.5152
En vista de lo mencionado, el ex secretario general de las Naciones UnidasKofi Annan, declaró: “La droga está destruyendo a la sociedad, fomentando el delito, propagando enfermedades como el sida y acabando con nuestros jóvenes y nuestro futuro”. Con frecuencia, los toxicómanos se ven implicados en el tráfico de estupefacientes y en asesinatos. Asimismo, son víctimas de la violencia o tienen relaciones sexuales peligrosas no planeadas. Un informe del gobierno de Estados Unidos señaló: “La drogadicción no es solo problema de los pobres, las minorías o los barrios bajos. [...] Afecta a personas de toda clase social y del país entero. Es un problema de todos”.53
El uso de drogas en la adolescencia es especialmente perjudicial ya que es un período de transición en la que tienen lugar cambios corporales, afectivos, cognitivos y de relaciones sociales,54​ llegar a ser muy peligroso para la salud de los jóvenes pues produce daños en el cuerpo y órganos, como:
·         Esterilidad
·         Adicción
·         Dependencia
·         Desnutrición
·         Daños al cerebro u otros órganos importantes.
Debate acerca de la legalización/ilegalización[editar]
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Este aviso fue puesto el 23 de abril de 2015.

Consumo de cannabis en la Unión Europea.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/39/Cocaine_use_among_adults.svg/150px-Cocaine_use_among_adults.svg.png
Consumo de cocaína en la Unión Europea.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/1/10/Ecstasy_use_among_adults.svg/150px-Ecstasy_use_among_adults.svg.png
Consumo de éxtasis en la Unión Europea.
La legislación contemporánea, en el contexto de una guerra contra la droga creada y pujada por los Estados Unidos, considera ilícito el uso y el comercio extraterapéutico de psicofármacos que alteren la conciencia.[cita requerida]
Su uso está en auge, y numerosos son los países que tratan de afrontarlo mediante diferentes vías (campañas y operativos antidrogas y su tráfico, etc.).
Cada país establece algunas excepciones a esta regla. Por ejemplo, es habitual en Occidente que el uso y comercio del alcohol, el tabaco y los estimulantes cafeínicos sean legales fuera del ámbito de la medicina. En otros países, como Países Bajos, se tolera el uso recreacional de la marihuana, los derivados del cáñamo y, antes, los hongos psicotrópicos. [cita requerida] En Estados Unidos, en 2014 los estados de Colorado y Washington comenzaron la venta legal de derivados del cáñamo, y en Uruguay se ha aprobado una legalización, efectiva desde julio 2017.
Cuando las sustancias son fabricadas y distribuidas dentro del ámbito farmacéutico pero son empleadas sin prescripción facultativa y con fines recreacionales, la ley considera que existe abuso. Para otros colectivos, en cambio, el abuso se produce cuando el consumidor daña su salud y su relación con su entorno.
En amplios sectores de la sociedad existe la opinión de que el uso extramedicinal de psicofármacos es dañino. Sin embargo, en otros entornos se defiende que en ciertos casos los supuestos daños han sido muy exagerados, y en todo caso ha de ser el individuo, no el Estado, quien regule su conducta. Ambas posiciones son las que han venido enfrentándose, tradicionalmente, en el debate acerca de la legalización de las drogas.[cita requerida]
Constantemente los sectores psicofarmacófilos de la sociedad descubren que ciertos principios activos -presentes sobre todo en plantas y medicamentos de farmacia- son susceptibles de uso recreacional; este descubrimiento y la consiguiente extensión de su uso conducen a una respuesta legislativa, aumentando el catálogo de sustancias prohibidas o sujetas a mecanismos estatales de control.
Entre las de uso recreacional encontramos

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